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martes, noviembre 14, 2006

La ingesta excesiva de carne roja puede llegar a duplicar el riesgo de cáncer de mama

Aunque su relación con el cáncer de colon está ya más que demostrada, el papel que puede jugar la carne roja en el desarrollo de tumores de mama no estaba tan claro hasta ahora. Un estudio con 90.000 mujeres acaba de demostrar que su excesivo consumo puede llegar a duplicar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Para llegar a esta conclusión, el doctor Eunyoung Cho y su equipo, de la Universidad de Harvard, han analizado los datos de más de 90.000 participantes en el 'Nurse's Health Study II', una investigación iniciada a principios de la década de los noventa con enfermeras estadounidenses para estudiar diferentes parámetros de su estado de salud.
Las mujeres, que tenían entre 26 y 46 años en el momento de su inclusión en el estudio, han sido seguidas a lo largo de 12 años. En los años 1991, 1995 y 1999 las participantes tuvieron que responder un cuestionario sobre sus hábitos alimenticios y la cantidad de carne roja que consumían (incluyendo ternera, cordero, cerdo, hamburguesas, beicon, perritos calientes y cualquier otro tipo de carne preparada).
En ese tiempo se registraron un total de 1.021 casos de cáncer de mama, casi la mitad de ellos hormonodependientes. Los tumores mamarios se clasifican precisamente por su estatus hormonal, es decir, aquellos que crecen favorecidos por la acción de las hormonas femeninas (estrógenos o progesterona) y los que son independientes de ellas.
Como recuerdan los investigadores, son precisamente los tumores que crecen influidos por las hormonas los que más han aumentado en las últimas décadas en Estados Unidos, mientras que la incidencia de los hormono-independientes se ha mantenido más o menos estable. Esto, indican, hace sospechar "un posible papel de los factores ambientales, el estilo de vida o la dieta en el desarrollo de este tipo de cáncer".
Y por este motivo también, el trabajo ha estudiado la influencia de la dieta en función del estatus hormonal. Sus conclusiones, que pueden leerse esta semana en las páginas de la revista 'Archives of Internal Medicine', demuestran que las mujeres que tomaban más de una ración o ración y media de carne roja al día tenían hasta dos veces mayor riesgo de desarrollar un tumor de mama 'hormonal' que quienes limitaban su ingesta de carne a tres o menos raciones a la semana. La dieta, sin embargo, no influyó en el riesgo de los tumores de mama independientes de estrógenos y progesterona.
Son varios los posibles mecanismos que sugieren los científicos para explicar sus observaciones. Entre ellos, destacan la presencia de sustancias hormonales que se administran al ganado durante el proceso de cría ("prohibidos en los países europeos pero no en EE.UU."), así como el elevado contenido de estos alimentos en hierro orgánico (diferente del hierro no orgánico presente en otros productos, como las lentejas, por ejemplo). Y aunque la investigación no dispuso de los datos sobre el modo en que cocinaban la carne las enfermeras del estudio, el equipo de Cho no descarta el papel que puedan jugar los productos carcinogénicos que se originan cuando se procesa la carne roja a elevadas temperaturas, como las aminas heterocíclicas.
Independientemente de los mecanismos, los investigadores insisten en la importancia que tienen sus descubrimientos a nivel de salud pública; "sobre todo teniendo en cuenta que otros de los factores de riesgo del cáncer de mama no son tan fácilmente modificables".