Porque más vale prevenir que curar, háztelo mirar.

lunes, mayo 07, 2007

Adiós a la regla

¿Se tomaría usted una píldora que terminara con su periodo? En Estados Unidos es probable que esta opción esté disponible si la FDA, la agencia estadounidense del medicamento, da el visto bueno, como está previsto, a Lybrel, una píldora anticonceptiva que no contempla descansos, por lo que sus usuarias no tendrán más la regla. La polémica, no obstante, está servida ya que este asunto levanta ampollas en diferentes sectores.
No se trata del primer paso en esta dirección, en el año 2003 la farmacéutica Barr lanzó al mercado Seasonale, con el que sólo se tienen cuatro reglas al año. En septiembre de 2006, la versión genérica de este producto, fabricada por Watson, se puso a la venta. Los datos económicos indican que ninguno de los dos se ha llevado un gran pedazo de los 1.700 millones de dólares que supone el mercado de los anticonceptivos orales en el país norteamericano.
Las expectativas de Wyeth, la compañía que está detrás de Lybrel, son muy optimistas ya que, según informa su director para la salud de la mujer, Ginger Constantine, esperan alcanzar ventas anuales por valor de 250 millones de dólares. La compañía espera que la FDA le dé el visto bueno cuando se reúna para discutir el asunto. Según la compañía, las encuestas que han realizado sugieren que casi dos tercios de las mujeres estarían dispuestas. Sin embargo, Wyeth tendrá que convencer a las usuarias potenciales de los beneficios y desterrar sus miedos. De hecho, actualmente ya no existe ninguna razón médica para que las mujeres que toman anticonceptivos tengan el periodo. La 'menstruación' que se produce mientras se consume la píldora es 'falsa', una suerte de señal para que la usuaria sepa que todo funciona correctamente. Las encuestas de Wyeth también revelan que la mitad de las mujeres se sienten cómodas con sus periodos, como indicador de que no están embarazadas. "La idea de que la menstruación debe ocurrir mensualmente en mujeres sanas, no embarazadas, se ha perpetuado con el empleo de contraceptivos orales diseñados para imitar la duración media de un ciclo menstrual normal", lamenta el médico Andrew Kaunitz (especialista en salud reproductiva e investigador de Seasonale) en su famoso ensayo 'Escoger si, y cuándo, menstruar'. El abanico de opiniones es amplio, desde mujeres que rechazan su menstruación a las que la ven como algo espiritual, pero lo más frecuente es tener sentimientos enfrentados y el paso de suprimir la regla suele ser difícil de dar.
El tema ya ha desencadenado un encendido debate en los Estados Unidos, tal y como ha plasmado el documental 'Period: The end of menstruation?' (Periodo: ¿el final de la menstruación?), de la realizadora Giovanna Chesler.
Agrupaciones como la Sociedad para la Investigación sobre el Ciclo Menstrual (que aúna a mujeres de diversas disciplinas, como médicos, psicólogas y políticas) emitió en 2003 un comunicado en el que insistía en que hace falta más información sobre la seguridad de la píldora que elimina la menstruación. La medicina, defienden, todavía no comprende las implicaciones a largo plazo de interrumpir a largo plazo los periodos femeninos. Muchos críticos recuerdan los riesgos que, con el tiempo, mostraron las hormonas para la menopausia. "Alterar el clima hormonal de las mujeres sanas, con menstruación, con el propósito de acabar con sus periodos es, en una palabra, imprudente", dice Susan Rako, médico especialista en salud de la mujer y autora de numerosos libros sobre el tema. Para Rako, se trata el "mayor experimento sin control de la historia de la ciencia médica".
Sin embargo, sus partidarios defienden que, según los estudios realizados, no parece tener más riesgos que las píldoras anticonceptivas. Señalan, asimismo, los millones de mujeres que, cada mes, no acuden al colegio o al trabajo a causa de sus dolorosos periodos.
Para los que se aferran al carácter natural de la menstruación, Kaunitz recuerda un dato: "las mujeres occidentales actuales tienen unos 450 periodos hasta la menopausia, mientras que sus ancestros preagrícolas tenían unas 160 ovulaciones en toda su vida".