Porque más vale prevenir que curar, háztelo mirar.

miércoles, enero 18, 2012

Cómo acabar con los ronquidos

El problema de los ronquidos es algo conocido por todos nosotros. Si no es por propia experiencia, cuando menos, porque es un elemento muy recurrente en chistes y situaciones graciosas. No obstante, humor aparte, los ronquidos no son algo agradable con lo que convivir, y son muchos los que tratan de darle algún tipo de solución médica.
La mitad de la población adulta (un 45 por ciento, más concretamente) se enfrenta al problema de los ronquidos de manera ocasional y al menos el 25 por ciento, lo hace de forma habitual. En el caso de las mujeres, el número se reduce al 14 por ciento.
El ronquido y la apnea del sueño son trastornos derivados de una mala respiración durante el sueño y como tal, acarrean ciertas consecuencias perjudiciales para la salud. Se acaba incrementando el riesgo de padecer hipertensión arterial, así como de agravar el riesgo cardiovascular de una persona.
Aquellos que padecen este tipo de trastornos respiratorios afirman sentirse cansados a la mañana siguiente, como consecuencia de no haber podido descansar adecuadamente. Esto se traducirá en un peor rendimiento profesional además de incrementar por seis la probabilidad de tener un accidente de tráfico en comparación con un conductor que duerme bien, por ejemplo.
Se trata pues de un problema que no hay que descuidar. Existen diferentes soluciones, pero sin duda, el estilo de vida repercute directamente en su aparición. Seguir ciertos consejos puede ayudarnos a prevenir o acabar con este tipo de trastornos:
-Abandona el alcohol y el tabaco. Partamos de la base de que el estilo de vida actual ha tenido bastante que ver con que se incremente el número de personas que roncan. De hecho, antes de acudir a la cirugía es recomendable revisar y autoevaluar nuestro estilo de vida. En esta línea, hay que destacar que ni el tabaco ni el alcohol ayudan a acabar con este problema, sino más bien todo lo contrario. Fumar provoca la inflamación de la membrana mucosa de la nariz y de la garganta, así como el bloqueo de los vasos sanguíneos que llegan a los pulmones. Por otra parte, el alcohol puede provocar el colapso parcial de las vías respiratorias (causa directa de los ronquidos) o bien, el colapso total de estas (causa de la apnea). Consumir alcohol habitualmente contribuye al desarrollo de este tipo de trastornos de la respiración.
-Organiza tus horas de sueño. Los ronquidos se presentan durante el sueño, sin embargo, existen dos fases en las que somos más vulnerables a su aparición. Se trata de la Fase 1, cuando estamos quedándonos dormidos; y la Fase REM, que es cuando se producen los sueños. Una persona con una mala organización del sueño (no duerme lo suficiente, sin horarios determinados, etc.) es también más propensa a desarrollar estos desajustes respiratorios.
-Acude a las revisiones médicas. Aunque parezca algo obvio, es importante saber si el paciente sufre algún tipo de problema concreto. Los ronquidos o apnea pueden tener diversas causas y de ahí la importancia de establecer si esa causa radica en alguna dolencia previa. Por ejemplo, la diabetes, el hipotiroidismo, las alergias o la sequedad nasal son factores que habitualmente repercuten en la aparición de estos trastornos respiratorios.
Como curiosidad, una investigación llevada a término por la Asociación Médica de Estados Unidos asegura que las personas que tienen problemas respiratorios y relacionados, además, con el sueño son más propensas a quemar calorías mientras duermen que las que no sufren ningún tipo de alteraciones. Estos problemas respiratorios van desde el ronquido hasta las llamadas apneas, o pausas respiratorias, pasando por todo tipo de alteraciones en las que las vías respiratorias quedan parcial o totalmente obstruidas durante el sueño. Así, aquellas personas que sufren apnea severa queman 373 calorías más al día que las personas que padecen apnea leve. Los cambios que se producen en el sistema nervioso hace que se traduzcan a lo largo del día en cansancio, fatiga y ansiedad en la comida.
Los investigadores estadounidenses llegaron a esta conclusión calculando en 212 pacientes el número de calorías que quemaban mientras dormían. Para ello utilizaron un calorímetro que recogía el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono de cada persona. Según el estudio, los voluntarios gastaron 1.763 calorías al día mientras que aquellos que tenían síntomas de apnea severa gastaron 1.999 calorías. Estas calorías quemadas de más equivaldrían a las que se queman durante una sesión de gimnasio de media hora de ejercicio moderado.
Sin embargo, esto es tan solo una curiosidad, los ronquidos son perjudiciales y pueden degenerar en problemas de salud más serios sin el debido tratamiento.