Dieta sin ejercicio, nocivo para los huesos
Comer menos para adelgazar no es la opción idónea. La actividad física es fundamental. Un estudio demuestra que deshacerse de los kilos de más haciendo dieta y sin practicar ejercicio podría incrementar el riesgo de osteoporosis.
Este trabajo, publicado en el último número de la revista 'Archives of Internal Medicine', apunta que las pérdidas de peso asociadas a una menor ingesta de calorías podrían estar directamente relacionadas con una reducción de la densidad ósea. Este daño en los huesos es uno de de los principales factores de riesgo de osteoporosis y fracturas de cadera en ancianos. Por el contrario, según muestra este trabajo dirigido por Dennis T. Villareal de la facultad de Medicina de la Universidad de Washington, adelgazar a través de la práctica de ejercicio no produce el mismo efecto en los huesos.
Esta investigación ha estudiado, durante un año, los efectos de la pérdida de peso en la masa ósea de 48 adultos (30 mujeres y 18 hombres) de mediana edad y, en su mayoría, con sobrepeso. De ellos, 19 fueron sometidos a una dieta baja en calorías y otros 19 comenzaron un programa de ejercicio físico sin cambiar sus hábitos alimenticios. Los 10 restantes no recibieron ninguna instrucción para cambiar su dieta y actividad física y sólo obtuvieron información sobre hábitos de vida saludable en el caso de haberla solicitado expresamente.
Periódicamente se controló el peso de todos los participantes a lo largo de todo el estudio y se midió su masa ósea a través de una densitometría. Además, se tomaron muestras de sangre para analizar el estado del tejido óseo.
Un total de 46 personas completaron el estudio. En los grupos sometidos a dieta y ejercicio físico se produjo una pérdida de peso similar (en torno a 8 kilos en el grupo de alimentación baja en calorías y alrededor de 7 kilos en aquellos que practicaron actividad física), mientras que el tercer grupo mantuvo su peso inicial.
Las personas que realizaron dieta sufrieron una pérdida de la densidad ósea en la zona inferior de la columna vertebral, la cadera y la parte superior del fémur, tres zonas susceptibles de fracturarse en la tercera edad. En los otros dos grupos, por el contrario, no se produjo ningún cambio significativo en el estado de los huesos.
"Mantener una masa ósea adecuada ayuda a reducir el riesgo de fracturas en la tercera edad", comentan los autores de este estudio, quienes remarcan la importancia del ejercicio para combatir la obesidad.
"Los resultados de este estudio son importantes para diseñar una terapia para adelgazar adecuada en personas de mediana edad, especialmente en aquellos que tienen riesgo de padecer fracturas óseas", remarcan los investigadores. Pese a todo, los autores de este trabajo recuerdan que se trata de un estudio preliminar que necesita posteriores ratificaciones.
Las mujeres mayores son uno de los principales grupos de riesgo de osteoporosis debido a las alteraciones endocrinas que se producen durante la menopausia.
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