Un estudio determina que la vitamina E no frena el deterioro cognitivo de la vejez
El uso a largo plazo de vitamina E no mejora la función cognitiva en la vejez, según un estudio realizado con más de 6.000 mujeres publicado en la revista 'Archives of Internal Medicine'.
El declive de las funciones cognitivas se debe en parte al estrés oxidativo, un aumento de radicales libres (oxidantes) que afecta de forma negativa a las células. El tocoferol o vitamina E es un potente antioxidante que ayuda a combatir el exceso de estas sustancias, por lo que se especulaba si la administración de suplementos de esta vitamina podría resultar beneficiosa.
Como subraya el editorial que acompaña al estudio, firmado por Mark A. Espeland y Victor W. Henderson, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte, Estados Unidos), "a medida que el segmento más mayor de la población sigue creciendo, se hace más urgente desarrollar estrategias para retrasar, prevenir o atenuar el declive cognitivo asociado con la edad".
Para comprobar la hipótesis de la vitamina E, Jae Hee Kang, de la Facultad de Medicina de Harvard, y sus colegas han estudiado a 6.377 mujeres sanas de 65 años en adelante que entraron a formar parte del estudio 'Women's Health Initiative' entre 1992 y 1995. Las participantes se dividieron en dos grupos, el primero tomaba 600 UI (unidades internacionales) de vitamina E en días alternos y el segundo, placebo. La media del tratamiento han sido 10 años.
La evaluación de las capacidades cognitivas (global, memoria y fluidez verbal) de las participantes se realizó por medio de tres entrevistas telefónicas, una al principio y dos más en los años 2000 y 2002. Un primer análisis no reveló diferencias significativas entre las participantes de ambos grupos.
Al final del seguimiento, "los resultados indican que la administración de vitamina E durante 10 años o menos no tiene un efecto neuroprotector", según exponen los autores en las conclusiones del estudio. No obstante, análisis secundarios han mostrado que las mujeres que cumplían el tratamiento y aquellas con una dieta baja en vitamina E podían haberse beneficiado de estos suplementos. Algo que, en opinión de los autores del estudio y el editorial, "merece más investigación".
"Existe una gran y creciente necesidad de identificar estrategias eficaces para la prevención y el manejo del deterioro cognitivo. Frente al panorama de los complejos y multifactoriales procesos patológicos que median las capacidades cognoscitivas en la vejez, ha sido muy complicado hasta el momento establecer perspectivas terapéuticas claras", concluyen Espeland y Henderson.
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