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martes, febrero 20, 2007

Nuevos estudios sobre la relación entre ambiente y obesidad

El auge constante de la obesidad en todo el mundo no se explica sólo con los dos factores de riesgo reconocidos: el consumo excesivo de calorías y el sedentarismo. Así lo consideran varios grupos de investigadores, que han defendido esta hipótesis en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).
La conferencia, celebrada estos días en San Francisco, tiene como lema "Ciencia para un desarrollo sostenible". La obesidad ocupa un lugar principal en el programa de salud.
Los distintos trabajos presentados reinterpretan el sobrepeso, en cierta medida, como una condición 'programada' en los primeros años de vida, especialmente durante la gestación. De acuerdo con la hipótesis, la dieta y el sedentarismo tendrían un impacto mayor o menor según la exposición a estos factores en años cruciales del desarrollo. Si una persona crece en un entorno ambiental apropiado, su riesgo de obesidad sería menor. Las circunstancias contrarias, sin embargo, incrementarían sus probabilidades de desarrollar sobrepeso.
"Esta nueva hipótesis tiene potencial para abrir nuevas vías de tratar la obesidad", dice Jerry Heindel, del Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud Medioambiental, parte de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU.
"¿Qué debe hacer la gente?", rezaba una de las diapositivas de Heindel, que recoge las dudas que puede suscitar el planteamiento de la obesidad como un trastorno 'programado'. Según el especialista, es necesario que la opinión pública sea consciente del posible impacto de los factores ambientales y la dieta durante el desarrollo para tomar medidas preventivas, fundamentalmente durante el embarazo. "Y que sigan cuidando su dieta y haciendo ejercicio", añade.
Una nueva explicación de la obesidad
Por un lado se considera la relación de los factores ambientales con la predisposición a sufrir obesidad. Los estudios se centran sobre todo en agentes químicos presentes en el plástico y en pinturas industriales. Es el campo de trabajo de investigadores como Fred Vom Saal, de la Universidad de Missouri (EE.UU.). "Hay cientos de estudios experimentales realizados en laboratorio que relacionan la exposición a agentes químicos con distintas enfermedades, incluida la obesidad", ha dicho el investigador en la reunión de la AAAS.
En su intervención, Vom Saal ha pedido nuevos trabajos con medios suficientes para evaluar a gran escala el posible impacto de la exposición a pequeñas dosis de este tipo de contaminantes, en momentos clave del desarrollo, y su posible efecto sobre el riesgo de obesidad.
Especialistas del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (EE.UU.) han presentado en San Francisco datos obtenidos en experimentos con animales, expuestos a distintos contaminantes, que apoyan la tesis sobre el impacto de los agentes químicos.
En los trabajos se utilizaron dosis consideradas normales para fetos humanos en los países ricos o incluso más bajas, según explica Retha Newbold, del Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud Medioambiental. "Tiene sentido relacionar el aumento de los casos de sobrepeso con los químicos industriales ampliamente difundidos desde hace unos 40 años", afirma Bruce Blumberg, de la Universidad de California en Irvine.
Igual que Vom Saal, Jerry Heindel también ha pedido nuevos trabajos que permitan separar el grano de la paja.
En el segundo bloque, en el grupo de agentes sobre los que existe más evidencia respecto a su influencia en la obesidad, se sitúa el tabaco. Diversos trabajos han mostrado la relación entre el consumo de esta droga durante el embarazo y el riesgo de obesidad en el bebé a lo largo de su vida.