El conocimiento, el más firme aliado en la lucha contra el cáncer de próstata
A pesar de que sólo aqueja a los hombres, el cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común entre los que no afectan a la piel en los Estados Unidos, por ejemplo. Y es que, en la medida que el hombre envejece, las posibilidades de contraer esta enfermedad se incrementan gradualmente.
Los hombres menores de 40 años no deben preocuparse tanto como aquellos que superan esa edad. Si bien 1 de cada 10.000 hombres menores de 40 años será diagnosticado con cáncer de próstata, esas posibilidades aumentan enormemente para esas mismas personas, una vez que entran en el grupo etario de 60 a 69, cuando uno de cada 14 puede recibir tal diagnóstico. Aunque, comprensiblemente, esto puede crear temor en los hombres y en quienes se encargan de cuidarlos, el cáncer prostático no es invencible. Si se diagnostica y se trata a tiempo, el índice de curación es del 90%, lo cual ofrece una clara esperanza a quienes lo padecen.
Síntomas
No se debe dejar la labor de detección del cáncer de próstata a los médicos. Como la enfermedad tiene un índice notable de curación si se detecta precozmente, gran parte de la responsabilidad descansa en los hombros de cada persona, que no debe sentirse cohibida de informar acerca de cualquiera de los siguientes síntomas en cuanto aparezcan:
No se debe dejar la labor de detección del cáncer de próstata a los médicos. Como la enfermedad tiene un índice notable de curación si se detecta precozmente, gran parte de la responsabilidad descansa en los hombros de cada persona, que no debe sentirse cohibida de informar acerca de cualquiera de los siguientes síntomas en cuanto aparezcan:
-Micción frecuente, especialmente por la noche.
-Sangre en la orina o semen.
-Dolores frecuentes y persistentes en la parte inferior de la espalda o en la parte superior de los muslos.
-Dolor al orinar, con sensación de ardor que puede ser abrumadora.
-Dificultad en la micción, con un flujo de orina débil o incluso interrumpido.
Si bien los anteriores son sólo algunos de los síntomas, también pueden hacer su aparición otros tantos, como la dificultad en lograr la erección, y la eyaculación dolorosa. Cualquiera de estos síntomas debe ser reportado inmediatamente al médico, pues la detección precoz es el mejor aliado del hombre en su lucha contra el cáncer de próstata.
Factores de riesgo
Otro importante aliado en la lucha contra el cáncer prostático no es sólo el conocimiento de los síntomas potenciales, sino también el de los factores de riesgo, que pueden estar más allá del control de la persona, pero pueden ser indicadores de la propensión a un diagnóstico de la enfermedad.
-Genéticos. Las estadísticas revelan que los afroamericanos son más propensos a padecer de cáncer prostático que los caucásicos. Aunque se desconocen las razones precisas de esta situación, es importante que los afroamericanos reconozcan su notable susceptibilidad y que tomen en serio cualquier síntoma potencial.
Los factores genéticos también afectan a hombres cuyos parientes de primer grado hayan padecido la enfermedad. La posibilidad de ser aquejados por el cáncer de próstata se duplica en hombres cuyos padres, hermanos o hijos lo han contraído. De forma similar a cuando un hijo con dolores en las rodillas dice: "Lo heredé de mi padre", si su progenitor padeció de cáncer de próstata, lamentablemente, es probable que usted también siga por ese camino.
-Dieta y estilo de vida. La dieta y el estilo de vida afectan a casi todo hombre y mujer en la actualidad. La dieta insuficiente y la falta de ejercicio pueden abrir la puerta a numerosos problemas en el caso de los hombres, uno de los cuales es el cáncer prostático. Varios estudios recientes han revelado que la modificación de la dieta contribuye a la lucha contra ese tipo de cáncer, ya sea evitando la recurrencia de la enfermedad, disminuyendo las posibilidades de padecerla, o retrasando su progreso, lo cual puede dar mayor efectividad al tratamiento.
El tema de los alimentos que pueden contribuir a la lucha contra el cáncer prostático sigue siendo un enigma en cierta medida, pues se sigue analizando la situación con respecto a ciertas teorías. Por ejemplo, se está llevando a cabo un estudio en Northwestern University (USA) para determinar si los productos a base de tomate retrasan la aparición y progresión del cáncer prostático. Aparentemente, dos raciones semanales de salsa de tomate como mínimo reducen el desarrollo y la progresión de la enfermedad, gracias al antioxidante licopena existente en los tomates. Sin embargo, los suplementos de licopena no pudieran surtir el mismo efecto, pues la absorción de la sustancia puede variar, en dependencia de si el tomate es cocido o procesado.
También se han realizado otros estudios con respecto a qué tipos de vegetales, los diferentes factores positivos y negativos en relación a ciertas vitaminas y minerales, e incluso la verdad acerca de las carnes rojas.
Pero recuerde siempre que 90% es el índice de curación del cáncer de próstata si se diagnostica y trata a tiempo. Por lo tanto, hay mucho a nuestro favor.
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