La resaca. Cómo recuperarse tras el brindis de fin de año
El brindis de fin de año es un momento para pedir deseos y empezar el nuevo año “con el pie derecho”. Sin embargo, cuando la ingesta alcohólica es excesiva, al día siguiente se sufren las consecuencias. El dolor de cabeza y de estómago, la sed y la sensación de adormecimiento son sólo algunos de los síntomas más frecuentes del cuadro conocido como resaca. La deshidratación es otro factor clave, dado que el alcohol actúa como diurético acelerando la pérdida de líquido.
Cuidarse en el brindis ahorra consecuencias molestas
El malestar que se genera después de haber tomado mucho depende de múltiples factores, entre los que se encuentran la cantidad de alcohol ingerida, la bebida elegida, la forma y la contextura y composición de cada persona. No obstante, durante las Fiestas, ocasión en la cual por lo general se bebe de más, es probable que la gente necesite un poco más de tiempo para recuperarse”.
La graduación de la bebida que se elige, el tiempo y el metabolismo son factores claves dado que la cerveza, por ejemplo, tiene mucho menos contenido alcohólico pero, como todo tiene un parte positiva y una negativa, genera mucho malestar porque, a diferencia del vino, produce hinchazón.
Con respecto al tiempo, comienza a ser un punto fundamental cuando la abstinencia no es una opción. Dejar descansar al estómago y armarse de paciencia, parecen ser puntos fundamentales para empezar a recuperarse de a poco en los días posteriores a Año Nuevo. Por su parte, el metabolismo es el responsable de que la ingesta no produzca el mismo efecto en todas las personas. En este sentido, señalar que a priori, la idea de que el alcohol a las mujeres les hace peor es un mito porque, si bien es probable que por ser más chicas de contextura tomando menos se sientan peor, cuando la ingesta es la misma el factor que entra en juego el día después es el metabolismo y ahí las diferencias pueden desaparecer o incrementarse.
¿Qué es la resaca?
El cuadro cuyos síntomas principales son los mareos, las náuseas y el malestar generalizado se desarrolla como consecuencia del embotamiento del sistema nervioso sumado al desbarajuste gástrico que puede existir, especialmente en los casos en los que se bebe con el estómago vacío.
La somnolencia, la dificultad para moverse y otros síntomas son típicos signos del efecto residual de la bebida que repercute en todos los órganos, y en algunas personas desaparece antes que en otras.
Después de haberse sometido a un exceso, el organismo debe equilibrar el desorden y es por eso que aparecen los vómitos. Por eso, la borrachera no es otra cosa que una sucesión de etapas. Mientras en la primera se dilatan las arterias y el sistema nervioso se afecta provocando excitación; en la segunda sobrevienen el insomnio y la depresión.
Diferencia entre bebidas
Para poder evaluar qué conviene tomar, la clave está en contenido alcohólico y los agregados. Las bebidas blancas, por ejemplo, se encuentran entre las más “puras” pues carecen de aditivos pero tienen una altísima graduación alcohólica. Los vermuts, por el contrario, no presentan alta graduación pero sí muchas sustancias agregadas. Con el respecto a los estimulantes, el gran peligro radica en la mezcla con otras bebidas que potencian su efecto. Por último, en relación con el vino, mejor que sea de calidad pues los más “sofisticados” son los más cuidados y posibilitan disminuir los efectos del día después.
Algunas recomendaciones
-No beber. En caso de que no sea posible, no lo haga excesivamente.
-Nunca tome con el estómago vacío. Es importante haber comido aunque sea algo.
-Si tomó y comienza a sentirse mal, hidrátese. Tome mucha agua para acelerar el proceso de eliminación de las sustancias.
-Después de haber bebido mucho, tómese un respiro de 48 horas sin beber. La abstinencia siempre ayuda a recuperarse.
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