Más esperanza de vida para las mujeres, pero con peor salud
Las mujeres viven más años que los hombres pero con peor salud. Y es que, a pesar de que los hombres siguen conductas menos saludables en cuanto al consumo de sustancias adictivas y al estilo de vida que las mujeres, existen enfermedades que van más allá de las que marca el sexo biológico y que se relacionan directamente con el género.
Un informe elaborado por el Observatorio de Salud de la Mujer (en España), destaca que ‘las diferencias en la salud de hombres y mujeres no se explican sólo por el sexo biológico, sino que vienen dadas por reacciones de género’. Por el ejemplo, las mujeres tienen el doble de posibilidades de contraer el VIH que los hombres porque hay más concentración de este virus en el semen que en las secreciones femeninas, además de que las mujeres comienzan su vida sexual cada vez más jóvenes y, desafortunadamente, actualmente son los hombres quienes exigen el uso del preservativo.
Las féminas consumen más fármacos, duermen menos, trabajan más, se estresan y se deprimen más, y también son más propensas a padecer obesidad.
Las mujeres, cada vez más inmersas en el mercado laboral, tienen que realizar tareas domésticas y atender a la familia aunque tengan un empleo asalariado, por lo que duermen menos y tienen menos posibilidades de realizar alguna actividad física fuera de casa.
Otro factor que pone en riesgo la salud de las mujeres es que ellas “se preocupan en primer lugar de cuidar de la salud de la familia y sólo en el último lugar de la suya propia». «La mujer acude más tarde al médico, al achacar el dolor de pecho a la tensión o el estrés, y los médicos a veces también se equivocan en su diagnóstico».
A partir de los 50 años, la obesidad es más frecuente en las mujeres que en los hombres y los trastornos alimenticios, como la anorexia y la bulimia, atacan principalmente a éstas en la juventud.
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte de la población femenina, y sólo el hecho de ser mujer ya pone en riesgo de padecer la enfermedad.
Otra desventaja para las féminas es que a partir de los años 70 se empezaron a incorporar al tabaquismo y de ahí en adelante han tratado de igualar a los hombres en lo que respecta a adicciones como el alcohol y el abuso de drogas, fármacos para las mujeres.
El informe propone realizar estudios sobre el efecto de los estereotipos de género en la atención sanitaria y sobre las actitudes de los profesionales sanitarios ante las desigualdades de género.
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